En busca de una casa
Habían pasado 3 horas desde que Lotso, el oso, salió a buscar una nueva casa en su pueblo natal, el Bosque de Raquicaqui. Les había explicado a sus amigos por qué realizaba esta travesía.
Todos los juguetes estaban sorprendidos por la decisión de su amigo, pero no querían acompañarlo. Aún creían que Ronchin Ponchi podía jugar con ellos.
-Bien, iré solo.- dijo el oso enojado cuando vio que nadie iba a responderle.
Cuando nadie estaba viendo, Lotso salió de debajo de la cama y saltó por la ventana.
Aunque había pasado poco tiempo, extrañaba a sus amigos, pero no se arrepentía de su decisión.
Estaba tan enfocado en los otros juguetes, que no vio la casa que tenía enfrente suyo. Era rosada, y tenía mucho estilo.
Cuando quiso entrar, se encontró con un problema: era muy angosta y él era gordito. Solo entraría acostado y sería muy incómodo.
Decidió seguir con su búsqueda. Recordó que le habían advertido sobre la casa perfume. Se decía que un panal de abejas la vigilaba. Si alguien se acercaba, sería perseguido por las abejas. Después de unos días, vio a lo lejos una casa muy bonita. Era tan alta que casi tocaba las nubes, tenía su aroma favorito, frutas. Era la casa del perfume. Sentía que era atraído a esa casa, por lo que decidió entrar.
Al abrir la puerta, una mezcla de agua y perfume lo arrastró hacia atrás. Inmediatamente, unas 100 abejas comenzaron a perseguirlo.
-¡Basta! ¡Aléjense por favor!- suplicó Lotso
-Perfume- fue lo único que las abejas, hipnotizadas, dijeron hasta que el oso estuvo a unos kilómetros de la casa.
La casa de lámpara era perfecta. Era espaciosa para estar cómodo, tenía una gran televisión para mirar Netflix; pero lo que más llamó su atención fue la gran torta de chocolate que estaba sobre la mesa. Su estómago rugió y se le hizo agua la boca. Cuando estaba por tomar una porción, plaf, escuchó que algo se había caído. Miró a su costado y encontró una mancha de color. Plaf, otra mancha apareció sobre la mesa. Levantó la vista. En el techo, había mini hombrecitos lanzando bolas de colores. Habían estado esperándolo. Estaban cansados de que las personas entren en su casa.
-¡Lárgate!- le gritaban los mini hombrecitos a Lotso -¡Esta casa es nuestra!
Lotso abrió los ojos, sobresaltado. Estaba todo oscuro. Sintió que algo lo estaban apretando fuerte. Ese “algo” era un brazo, lo estaban abrazando. Alzó la vista y vio a Ronchin Ponchi, durmiendo profundamente. No podía creerlo
-Fue todo un sueño- exclamó aliviado el oso
FIN
Me gusto de la historia los nombres originales de los lugares y los personajes y también cómo las foto acompañan el texto para darte una idea de los lugares que Lotso visita.
ResponderEliminarPero me surgió una pregunta ¿Porque nadie acompaña a Lotso si son sus amigos?, por lo tanto una sugerencia que se me ocurrió es que el mejor amigo de Lotso lo acompañe en su viaje
La pregunta es El lotso va solo? Es muy divertida la parte que cada personita defiende su casa. Una sugerencia seria que no vaya solo asi tiene alguien que lo pueda defender o algo asi. Las fotos estan muy buenas
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